Es sencilla de preparar; sólo toma su tiempo limpiar bien las alcachofas, porque lo que es la elaboración la puede hacer un auténtico novato en los fogones.
En esta época, hay que aprovechar, los mercados empiezan a llenarse de alcachofas. Es una verdura fácil de conseguir y no demasiado cara. Están sabrosas de cualquier manera: crudas, a la brasa, fritas, guisadas, al vapor, rebozadas, en tortilla… Ricas ricas, como diría aquél ;) . Incluso aquellos que no son muy amigos de “comer verde” con las alcachofas se atreven.
En cuanto a las cualidades nutricionales, decir que es muy rica en vitaminas y minerales. Se recomienda para las afecciones de la vesícula biliar y del hígado. También es altamente diurética (la dieta de la alcachofa) y ayuda a regular los niveles de colesterol y de glucosa.
Ya lo veis, además de un manjar, es todo un “medicamento verde”.
Ingredientes (para 2):
* 6 alcachofas
* 2 dientes de ajo
* un buen manojo de perejil
* 2 almendras tostadas
* 2 avellanas tostadas
* una cucharada sopera de pan rallado
* aceite de oliva virgen
* sal marina
Elaboración:
1.- Se llena un bol de agua y se le agrega un chorrito de zumo de limón, para ir echando las alcachofas a medida que las limpiamos y evitar que se ennegrezcan.
2.- Les quitamos las hojas duras exteriores. Depende de qué clase de alcachofa sea, le tendremos que cortar casi un tercio de la punta. El tallo lo aprovechamos. Le quitamos buen trozo hasta que aparezca la parte más tierna. Es muy sabroso, no hay que desaprovecharlo nunca.
3.- Cortamos las alcachofas a cuartos y les quitamos “el heno”, esa pelusilla no comestible que tienen.
4.- Ponemos en una cazuela de barro, hierro o teflón un poco de aceite. Cuando está ligeramente caliente, echamos las alcachofas escurridas y ¼ de litro de agua. Añadimos la sal.
5.- Mientras, preparamos un majado con los dientes de ajo, el perejil picado, las avellanas y las almendras y echamos la cantidad de agua hirviendo que veamos necesaria para que no queden espesas ni tampoco nadando en caldo.
6.- Echamos el majado a las alcachofas, cuando éstas llevan hirviendo 5 minutos. Mezclamos bien todo y ya no las volvemos a tocar con ningún utensilio. Menearemos la cazuela de las asas, como si hiciésemos un bacalao al pil pil. Así las alcachofas llegan enteras al final de la cocción, con un aspecto inmejorable.
7.- A fuego medio y tras 10 minutos de cocción, espolvoreamos por encima el pan rallado y moveremos la cazuela con frecuencia para que se no se pegue en el fondo. Eso hará que el caldo se haga más denso y que quede una salsa deliciosa para untar.
8.- Presentarlo en plato llano con alguna ramita de perejil y algún fruto seco tostado que tengáis por casa. Queda muy rica la combinación.
Este plato se disfruta tanto haciéndolo (el vapor del hervido despide un aroma delicioso) como comiéndolo. Probadlo, probadlo...
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