jueves, 28 de agosto de 2008

¡QUÉ GRANDE ES LA TIERRA DE ASTERIX Y OBELIX!


Vaya por delante que hacer vacaciones en agosto me fastidia, pero no tengo otra opción. O es en esta época o ya pocos días son los que puedo ir juntando para hacer viajes que sólo sean placer y no se vean salpicados de obligaciones laborales.


También deciros que hacer de turista no me va, pero en agosto aunque no quieras ser turista lo eres. Moverme entre marañas de gente que sólo buscan hacerse la foto en la Tour Eiffel, la Notre Dame o en el archivisitado Mont Saint-Michel me resulta fastidioso y acaba con mi poca paciencia. Me gusta ser viajera y no turista y esas aglomeraciones no me dejan disfrutar como desearía. Ya tengo la lección aprendida para futuras ocasiones. He huido siempre de esas situaciones y la ignorancia de lo que allí he encontrado es lo que me hizo elegir ese destino. Ahora, tras el viaje, no lo volvería a repetir en la misma época.



Bretaña es un destino estupendo para disfrutar de la naturaleza y de pueblos con historia que, en sí, todos ellos son monumentos. Tienen una arquitectura tan peculiar, que hacen que recorras sus calles no queriéndote perder detalle de esos contrastes que marcan la diferencia del lugar. El lado negativo es lo que os comentaba antes, ir a Bretaña en agosto, a ciudades como Vannes, Carnac (con sus formaciones megalíticas), Quimper, Locronan o Saint-Maló, es como visitar la Sagrada Familia de Barcelona; desfiles, riadas de gente, en este caso con paraguas (de 8 días han llovido 4), entrando y saliendo de las tiendas de baratijas y souvenirs que todo pueblo turístico sucumbe a abrir para explotar las manadas de turistas que visitan el lugar.



Para no recorrer tantos kilómetros a diario en coche, tuvimos 3 bases de operaciones, hoteles en la zona sur, el oeste y el norte de Bretaña, y aun así la panzada de coche ha sido tremenda, pero ha permitido conocer lugares bonitos sin hacer tanta carretera.



En cuanto a cuestiones gastronómicas, lo típico de Bretaña son las crepes y las galettes. Hay bares y restaurantes que sólo tienen eso en su carta. El menú lo componen un primer plato, segundo y postre, todo ellos de crepes de mil colores, sabores y maneras.



Las galettes tienen forma cuadrada y se elaboran con trigo sarraceno, llamado también trigo negro. Las crepes son las redondas, más blanditas, se elaboran con froment (trigo candeal) y se cuecen en la billig, que es el utensilio eléctrico o a gas, en el que, con la ayuda de un rastrillo de madera y de una espátula, hacen unas crepes enormes, finísimas y, en muchos casos, deliciosas. A mí en particular me gustaron más las galettes por la novedad que supone no haberlas probado nunca y por tener una textura más firme que soporta mejor todo tipo de ingredientes. Si están bien hechas, no se deshacen en el plato. Tomé una con vieiras acompañadas de un fondo de puerros que estaba pá morirse de rica.

Otro de los platos estrella de Bretaña son los famosos “moules” (mejillones). Los preparan de formas muy variadas, pero no acababan de agradarme. En su mayoría saben a “leche” y no entendía el por qué de ese sabor tan extraño y es porque los cocinan con mantequilla y crema, en muchos casos. Menos mal que hay lugares en los que siguen una receta más ligera y los elaboran con sidra. Ya he probado en casa y han salido riquísimos. Más adelante lo colgaré en el blog.

En cuanto al apartado de dulces, todo está basado en la mantequilla. Asunto atractivo por un lado, pero peligroso por el otro. Si llego a ceder y me rindo al deseo de probar todos esos dulces típicos, dos tallas más hubieran sido fáciles de conseguir. Si os gusta la mantequilla, Bretaña es un lugar ideal para disfrutar de la cocina dulce o salada, porque es un ingrediente que no falta en ninguna salsa y en ningún plato. Los pasteles típicos son: Kouing Amann, del que cada población tiene su versión. Gâteau bretón, de lo más típico. Quatre-quarts, es un bizcocho esponjoso con la misma proporción de mantequilla, azúcar y harina. El far breton, que es un flan, al que se le añade harina y calvados o ron, y opcionalmente, uvas pasas, ciruelas deshuesadas o manzanas. A mí me encantó, encontré que era el más ligero de los dulces de allí. Galettes bretonnes, típicas galletas a tope de mantequilla, doraditas y que se encuentran en todos los rincones de Bretaña.



Las mejores experiencias gastronómicas las he tenido en la localidad de Vannes, un precioso pueblo medieval, muy cuidado y con un turismo un tanto más tranquilo que otros lugares de Bretaña. El restaurante, en cuestión, se llama Terroirs. Tienen una carta corta en platos, muy extensa en vinos y sugieren los maridajes. El primer día ya advertimos que trataban con mucho amor el producto, siempre de gran calidad, respetando los sabores y atreviéndose a interesantes mezclas de ingredientes. Nos encantó y repetimos 3 días. No fallaron nunca. Tanto la chef como el jefe de sala son muy cordiales y sencillos. Ella salió a saludarnos porque el camarero le dijo que había clientes que habían repetido 3 días. Fue todo un detalle que dice bastante de ellos.

Otro lugar donde se come estupendamente es en el fin del mundo bretón, en la zona de las rías (abers), en concreto en el puerto del Aber Wrac'h. Lugar tranquilo y bonito, donde el juego de las mareas atlánticas deja ver un paisaje diferente a cada hora del día. Las rías entran caprichosamente en la tierra, tragándose parte de la arena que horas más tarde quedará cubierta por algas y cientos, miles, de conchas. Es donde están las dunas de Santa Margarita, una playa inmensa que en la marea baja permite ir hasta los faros, disfrutar de la vista de los islotes y hacer volar las cometas. Después se convierte en una playa preciosa de aguas esmeraldas, aunque frías e inquietas. La zona es muy recomendable para quien huye de la masificación turística. Tomad nota: la zona de los Abers bretones, tierra de leyendas y de paisajes marinos muy especiales. El Aber Wrac’h es un puerto muy famoso por sus ostras, langostas y bogavantes y el Restaurante Vioben es muy reconocido por calidad y elaboración de sus platos. Yo como no soy fan de ese tipo de bichitos, sólo tomé pescado a la brasa, en concreto lubina y rodaballo salvajes, que estaba riquísimo y a precios más económicos que aquí. Las galettes, las más buenas que he probado en Bretaña, en Cap'Tain Crêpes, también en ese puerto.




Para la zona de la Bretaña norte nos hospedamos dos noches en Saint-Maló. A mí, particularmente, no me gustó. La zona de intra muros está abarrotada de gente a todas horas y los edificios son muy grises y sin atractivo. La playa de Rochebonne, eso sí, es muy bonita. Han hecho una barrera de troncos de árboles que la hace especial y sobre todo cuando sube la marea. Gastronómicamente hablando hubo acierto total al reservar mesa en el Restaurante A La Duchesse Anne y en Le Chalup. Ambos de buena calidad, aunque en el mes de agosto, están saturados y no atienden ni sirven al nivel que sus precios exigirían.



El último día fuimos al Mont Saint-Michel en Normandía. Estábamos avisados de la acumulación de gente que allí ahí siempre, por lo que nos despertamos a la 6.30 y a las 8 ya estábamos allí, de los primeros en el aparcamiento. Es una imagen espectacular de lejos sobre todo. Una vez dentro decepciona bastante. Primero, por el nido de tiendas de baratijas y restaurantes de fritanga que llegan hasta el pie de la abadía y después porque, una vez dentro de ella, la ves tan desnuda, sin ninguna obra de arte, sólo su arquitectura interior que es mil veces repetida en cualquier templo católico del mundo. Eso sí, si sales de allí y pisas la arena, ésa que después cubre el agua y miras hacia arriba, impresiona su visión. Por cualquier lado que la mires resulta espectacular.



Y ya ruta para París. Os lo explico en el próximo post.

22 comentarios:

Perenken dijo...

Que gozada de viaje! Se nota que lo habeis pasado muy bien y que habeis visto muchos lugares, el coche por lo que veo dio de si.
Las fotos son realmente preciosas, tomo nota para futuros viajes, que me gusta mucho. Me ha llamado mucho la atención, la carta de algunos bares llena de crepes, segundo y postre, curioso, pero seguro que los postre estaban la mar de ricos.
Bueno seguire tus aventuras por Paris, mientras tanto espero que te hayas recuperado de esa fisura.
Un beso

Sonia Martín Mateo dijo...

¡Qué fotos tan bonitas! Me encanta Bretaña, y no conozco ninguno de los restaurantes que mencionas. Solo he ido una vez, así que tomo nota y para la próxima no falla. ¡Precioso viaje! Es cierto que es un poco fastidioso en agosto, pero a veces no hay otro remedio. Espero que te estes recuperando bien de la fisura. Un abrazo, pero no fuerte, no vayas a refisurarte. Sonia

La cuina vermella dijo...

Hola bonica!!! Has estat dins un conte, no? L'arquitectura i el paisatge de les fotos són fabulosos, y el text boníssim! Ens han donat ganes d'agafar el cotxe i plantar-nos a la Bretanya, llàstima però que hem d'anar a treballar.
Com entenc quan dius que no t'agrada fer el turista, jo també ho odio, no hi ha cosa que em repategi més el fetge... En fi, que xulo seria compartir un viatge amb vosaltres!
Mil petons!

Su dijo...

Impresionante. He disfrutado...todo ¿como te vas encontrando?
Un besote

Mafalda dijo...

pásate a por el perrito piloto.... en mi blog!!

pepa cooks dijo...

Que fotos mas bonitas, ha tenido que ser un viaje precioso y esos crepes sensacionales me das envidia,bueno espero que estes mejor de tu caida , besitos pepa

cibercuoca dijo...

Canela te leí de punta a puna, espero el próximo post. Gracias . Besos !

María José dijo...

Hola Canela.¡ Qué bonito el relato de tu viuaje !.
Nosotros estuvimos en la Bretaña hace años pero tengo un recuerdo muy tristón porque también hizo malísimo.Era Julio y nos tuvimos que volver porque sólo podíamos dar paseos en coche y comer galettes.Tus fotos son preciosas y me han recordado todo aquello, que es precioso.
Gracias por tu visita.
Nos leemos,
María José.

betusta dijo...

Toda la zona de Saint Michel y Saint Malo me parece preciosa.. ¡Que buenos recuerdos!. Lo mejor es que leyendo todo esto y los comentarios he apuntado un montón de direcciones para la próxima vez que vuelva.

Anónimo dijo...

Precioso viaje, me has hecho recordar viejos tiempos.... Saint Malo es muy gris pero lo que atrae a la gente es el pasado, "les remparts" tienen mucha historia. Tambien lo tradicional en el Mont Saint Michel es comer una "Omelette de la Mere Poulard" aunque debe de haber sufrido muchos cambios , la tortilla digo....

m.eugènia creus-piqué dijo...

Hola,he descubierto tu blog y me ha gustado,peciosas las fotos y buenísimos los crepes,eso parece.Continuaré visitándote.

Mònica dijo...

que bonitas fotos! bueno la verdad es que tienes un blog muy interesante asi que, si no te molesta te agrego en mis blogs favoritos.
Saludos.

Sylvia dijo...

Que viaje maravilloso. Siempre tube ganas de conocer Mont Saint-Michel , seguro que es espectacular
Besos

CARMEN dijo...

Qué viaje tan bonito!!
Han estado mis cuñadas y me han hablado muy bien de algunos sitios en los que has estado, aún no vi sus fotos, pero viendo las tuyas veo lo precioso que debe ser.
Otro viaje de los que tengo pendientes.
Las crepes me encantan, debían estar buenísimas.

besos

Rosa dijo...

Que bonito viaje. Esas fotos son preciosas y ya veo que lo habéis pasado maravillosamente bien. Espero que estés mejor de la caída.
Un beso

a n i s h i dijo...

Maravilloso post Canela, veo que has disfrutado mucho y eso es lo mejor. Ya nos quedará el Imserso para viajar durante el año, ahora toca Agosto, qué se le va a hacer?. Las fotografías preciosas, espero que te vayas encontrando mejor.
Bienvenida al mundo real.
Un beso.
Ana

Gemma dijo...

Quin viatge més maco!
La pega de fer les vacances a l'agost és que trobes gent a tot arreu... Nosaltres vam fer una ruta de cicloturisme per la Bretanya i ens va agradar molt, però amb l'inconvenient de trobar massa gent... de totes maneres, tot el viatge que has fet és espectacular!
I les creps... tenen una pinta deliciosa :)

xaro dijo...

Quina crònica més maca!!! No coneixo Bretaña, però veient aixó i unes fotos de la meva germana que també hi va estar, em venent unes ganes d'anar-hi!!!
Espero la crònica de Paris, doncs me n'hi vaig a l'Octubre i com que tampoc soc gaire aficionada a fer de tipica turista, segur que em proposes llocs amb més encant.

Hilda dijo...

Voy a mirar con tranquilidad todo lo que llevo atrasado desde que no te visito...
(no se puede trabajar tanto...jejeje)
Desde luego, esta entrada de tu viaje a la Bretaña la voy a guardar como oro en paño... para cuando pueda escaparme.
Muchos besos y muchas gracias
Hilda

Unknown dijo...

Que preciosas las fotos, los platos se ven tan deliciosos!!!
Disfruto mucho del blog, porque encontre muchas recetas sin carne, y con las alternativas que uso bastante seguido en mi cocina familiar.
Desde hace muchos años ya no consumo carnes, y siempre sigo investigando nuevas recetas.
Ahora estoy con ganas de especializarme en lemon pie, si tenes una buena receta, aca estoy dispuesta a probarla.
Buenos Aires esta bastante caliente
y que mejor que refrescarlo con un postre ten delicioso.
Gracias
Andrea

canela dijo...

Andrea, muchas gracias por tu visita y tus palabras, quería dejarte mensaje en tu blog, pero he visto que no tenías o no me dejaba entrar.
No tengo ninguna receta de lemon pie, pero sí sé de un blog que, me parece, tiene varias, es "la cocina de Auro" Ahí lo encontrarás tiene cientos de recetas muy interesantes para golosos, jeje.
Besos y saludos a esa tierra tan estupenda.

Anónimo dijo...

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