Lo importante, como en todo, es tener la información. No estar engañado. Si tienes la información puedes actuar consecuentemente con lo que tú crees, pero si no la tienes eres como un pelele en manos de cuatro que mueven el mundo. A partir de aquí que cada uno haga lo que mejor le parezca. Si hay personas que creen que es mejor un alimento trans porque le da más garantías sanitarias o lo que sea, pues ahí los tiene. Pero los que no queremos ese tipo de alimentos, por mil y unas razones, también estamos en nuestro derecho de decir que no, de no consumirlos y de saber en qué productos están y en cuáles no. Es vital exigir transparencia en el etiquetado y que los gobiernos, a la hora de legislar, no protejan siempre a los mismos, sino que realmente piensen en el consumidor, pero de verdad, no sólo de boquilla para conseguir nuestros votos.
Aparcado ya el tema tans. Me tomaré una tila para sosegarme un poco y paso a explicar el plato de hoy. Es muy suave, controlado en grasas y en hidratos, apto para gastrónomos curiosos que quieran ir experimentando con el sabor del tofu.
Ingredientes para 2 personas:
* 2 calabacines
* 150 grs. de espinacas frescas
* 50 grs. de tofu ahumado o natural
* 1 cucharada de piñones
* 1 cebolleta fresca
* aceite de oliva virgen
* sal marina
* pimienta negra
Elaboración:
1.- Cortar los calabacines por la mitad a lo largo y cocerlos al vapor durante 5 minutos
2.- Con un vaciador o una cucharilla pequeña retiramos parte de la pulpa de arriba abajo
3.- Picamos pequeña la cebolleta y la salteamos, añadimos las espinacas troceadas pequeñitas y la carne del calabacín. Salpimentamos y dejamos hacer unos 15 minutos.
4.- Rellenamos el surco de los calabacines con esta mezcla. Decoramos por encima con el tofu cortado a daditos pequeños y los piñones.
5.- Cocemos en el horno a 200º durante 10 minutos y ya estará listo para servir.
¡Qué aproveche!