domingo, 30 de noviembre de 2008

MILHOJAS DE TORTILLA DE PEREJIL, QUESO Y SALMÓN


¡No tengo tiempo para nada! A veces pienso qué sería de mi día si además tuviera hijos adolescentes con el egoísmo propio de esa edad en la que se creen el eje del mundo. Mejor no quiero ni imaginarlo. No nací para ello. Cuando tenía edad de criar, mis esfuerzos sólo se dedicaron al trabajo y cuando ya no tengo edad para ello no me arrepiento en absoluto, por lo menos hasta hoy, de haber tenido esa actitud. Reconozco que los bebés me despiertan ternura pero cuando los miro en sus carritos, cunitas o retozando por calle, pienso en un chiste que alguien me contó con respecto a los hijos (es un poquito ácido): Los padres dicen de sus hijos cuando son bebés “ay, qué cosita más rica, me lo comería” y cuando son mayores dicen “¿por qué no me lo comí?”

Bueno y como sigo sin horno, porque resulta que necesito un carpintero (sí, sí, una pequeña obra) para instalar el horno nuevo pues me lo iré tomando con calma porque todo lo que meto en el viejo o sale crudo o sale quemado y eso que tenía un postre para hoy que era la bomba de sencillo y vistoso. Paciencia que todo llegará.

Hoy le toca el turno a un platillo que sirve como aperitivo, entrante o como queráis. Es rápido y sencillo, pero a la vez muy rico para los amantes del salmón y el queso (yooo).


Ingredientes para 2:

* 2 huevos
* 1 manojito de perejil
* unas cuantas escamas de parmesano
* 1 diente de ajo
* 2 lonchas de salmón ahumado
* aceite de oliva virgen.


Elaboración:

1.- Separar las claras de las yemas. Batir las yemas y reservar. Batir la claras hasta que empiecen a espumar y mezclarlas con cuidado a las yemas. Emulsionar bien la mezcla, os quedará llena de aire que hará que la tortilla sea más hueca.

2.- Calentar una sartén sin grasa y echarle el manojo de perejil hasta que quede crujiente. Retirarlo.

3.- Poner una cucharada de aceite en la sartén y freír el ajo. Sólo es para perfumar el aceite. Vigilar que no se queme y retirarlo.

4.- Añadir al batido de los huevos el perejil y las escamas de parmesano. Hacer la tortilla con el aceite perfumado de ajo, como tengáis por costumbre, a vuestro gusto. Intentar que os quede con un grosor uniforme.

5.- Cortar la tortilla y el salmón de la forma que más os guste y presentarla como un milhojas.

¡Qué aproveche!

lunes, 24 de noviembre de 2008

CANELONES BRICK DE CALABAZA ESPECIADA CON GUARNICIÓN DE ALMENDRAS AL CURRY


En otras ocasiones os pregunto por hornos, comento conflictos con la escuela de pastelería y cientos de cosas que van ocurriendo en lo cotidiano. Este post va a ser diferente.

Casi va a hacer un año que el blog está abierto y fue gracias a que soy muy impulsiva y a que tuve que quedarme en casa porque uno de mis animalitos estaba recién operado. Me trasladé con todos los bártulos del despacho a casa y así pude cuidarlo. Pero como una es culo de mal asiento por naturaleza y ya había visitado blogs culinarios muy chulos que me pusieron el caramelo en la boca, me dio por buscar en blogger y por montar lo que hoy es canela y chocolate. Por eso el blog y los buenos ratos que paso con él y con vosotros se lo debo, en gran parte, a los peludos de la casa.

Ya sabéis los que venís por aquí desde hace tiempo que en casa somos 2 habitantes humanos y, actualmente, 5 habitantes de 4 patas. Uno de ellos ahora mismo está intentando teclear conmigo. No puedo quejarme, tengo muchos “ayudantes”.

A excepción de Chow, la primera perra que tuve y que murió ya hace 11 años, todos son animales recogidos de la calle, de casas que no podían cuidarlos o de protectoras. También tuve a Mixi, un sol de gato, un amor, lloré mucho cuando murió hace 8 años. Y otro gato, Lolo, se quedó por el camino a corta edad, por un accidente desgraciado.

Hoy os voy a presentar a esa parte de familia:
Potes. 21 años.
Nanga y Lluna. 10 años
Gretel. 2 años
Mousse. 1 año y medio






Y ya presentados y puestos en sociedad os explico la receta que corresponde a la convocatoria del HEMC que va de canelones este mes y a la que casi no llego a tiempo.

Como en casa es un plato que nunca se come, no sabía qué hacer. Pasta para canelones no tenía. Tenía calabaza y pasta brick y así salieron. La calabaza es la que ya presenté en otro post. Como acompañamiento, tenía que ser algo seco, puesto que la brick aguanta muy mal las humedades y como la preparación lleva especias pensé que le quedaría muy bien algo que probé en uno de mis restaurantes favoritos de Barcelona, Caldeni. En la última ocasión que fui lo sirvieron de snack y, como para ciertas cosas, soy muy tímida no me atreví a preguntar cómo estaba hecho. El resultado en casa, ha sido casi idéntico y, permitirme la pedantería, sabía muy rico, menos salado y podía adivinarse mejor el sabor de las especias. Os lo recomiendo es un snack estupendo y fácil de realizar. Sólo paciencia y mimo.


Ingredientes:

* calabaza especiada con cilantro, granos de mostaza y comino. Visitar este post
* hojas de pasta brick
* almendra marcona laminada (la misma que se utiliza para hacer las “saras”)
* curry
* pimienta negra
* sal de hierbas
* aceite de oliva
* nuez moscada en polvo


Elaboración:

1.- Preparar la calabaza especiada según este post
2.- Precalentar el horno a 220º
3.- Chafar con un tenedor la calabaza y reservarla.
4.- Corta la pasta brick a la medida que queráis los canelones
5.- Unir dos hojas y untarlas de aceite para que queden bien pegadas
6.- Poner la calabaza y enrollar como un canelón. Pintarlas con un poco de aceite
7.- Meter al horno durante 10 minutos. A mí me gustan con la pasta brick no demasiado crujiente, como si imitase de verdad la textura de la pasta típica del canelón
8.- Mantener templados y reservar
9.- Calentar una sartén sin ningún tipo de grasa y cuando veáis que está a tope de calor, ponéis las almendras fileteadas a fuego bajo y sin parar de mover, como si estuvieseis salteándolas. Echar el curry, la pimienta y la sal de hierbas.
10.- Esperar que vayan tomando color, sobre todo sin quemarlas. Ni una quemada porque estropea el sabor delicioso del conjunto.
11.- Montar el plato, poniendo las almendras como guarnición y espolvorear los canelones calentitos con un poquito de polvo de nuez moscada. Le da un toque delicado y especial.

¡Qué aproveche!

martes, 18 de noviembre de 2008

POTAJE DE CALABAZA DE LA BRUJA PIRULA


El horno ha dicho “se acabó”. Llevaba tiempo pidiéndome la jubilación, pero como no le hacía caso, él se vengaba cada finde haciéndome una bromita diferente. Por fin ha conseguido que le escuche. Ea, ya tiene la jubilación. Y ahora el dilema es ¿qué compro?

Hace 10 años cuando vinimos a vivir aquí, la cocina estaba anticuada pero nueva, apenas usada. Ahora, claro está, es más anticuada y empieza a estar viejita. Sobre todo tenemos un problema: el espacio físico de armarios. La cocina es grande, pero tiene poca capacidad de almacenamiento que voy paliando con estanterías de acero, cajoneras plásticas apilables y cosas por el estilo. Pero llega un momento en el que, dada mi adicción a los utensilios y trastos de cocina, todo se queda pequeño, hasta lo adicional.

Una tiene muchas manías y entre ellas está no hacer obras en casa. Padezco de alergia. Una alergia a la gente que no trabaja bien y que a pesar de pasarte facturas más caras que las de un cirujano plástico, son incapaces de acabar una obra sin contingencias menores. Está claro que el cirujano plástico te puede dejar con una mirando al este y la otra al oeste, pero los últimos instaladores que estuvieron en casa, la dejaron que parecía el garaje de Mcgiver, todo eran tuberías, hierros retorcidos, arandelas y soldaduras. Me niego a tener que ir un mes a base de tilas y a cosas más fuertes para soportar porquería, polvo y gente que sólo tienen de profesional el nombre. Por tanto, seguiremos con la cocina viejita, con falta de armarios, pero eso sí, todos los electrodomésticos obligatoriamente van siendo nuevos. Poco a poco van muriéndose. Hace poco fue la campana extractora y ahora el horno.




He pensado que como en los blogs nos intercambiamos información de todo tipo, también me podía ser muy útil vuestra opinión, consejo o sugerencias a la hora de comprar un horno. Me han hablado de varias marcas solventes para lo que yo le pido al nuevo horno: fermentar masas, descongelar, hornear pan, que haga vapor… en fin, todo aquello que no le podía pedir al viejo y que, ahora, en la etapa aprendiz de cocina, necesito. Las marcas que tengo como referencia son Smeg, Miele, Bosch y Neff. La última me han dicho que es la bomba, pero no sé si es sólo marketing o es que los hornos lo merecen.

Bien, pues espero vuestra ayuda. Todos tenéis horno, hacéis pasteles, bizcochos, panes,… y mil cosas más para vuestras casas. Seguro que tenéis vuestras funciones de horno favoritas, otras encontraréis inútiles, algunas marcas os parecerán serias y otras para echarlas a la mar. En fin que, como siempre sois muy amables conmigo y me dejáis comentarios de lo más sincero y útil, estoy expectante a todo lo que me digáis. Os agradezco mucho vuestro tiempo y el cariño que derrocháis aquí. Petonet molt molt graaaaaannn.

Casi me olvido de lo principal. Hoy, guiso de calabaza. Muy sencillito y simpático, en el que la calabaza es el recipiente. Como acompañamiento y para darle más chispa a las verduritas, he puesto unas cebolletas glaseadas para picar, pero es una opción. También queda bien sin más.

Es una presentación que seguro gustará a los peques y les animará a probar lo bueno que sabe el potaje de la Bruja Pirula.



Ingredientes para 2:

* Una calabaza mediana
* 1 calabacín pequeño
* 1 apio nabo pequeño
* 1 zanahoria
* 1 cebolleta roja mediana
* 1 bulbo de hinojo pequeño
* 1 tallo verde de apio
* 2 dientes de ajo sin el germen
* ¼ l. de caldo vegetal
* 1 puntita de guindilla (no es imprescindible)
* aceite de oliva virgen
* sal marina

Elaboración:

1.- Cortar el tallo de la calabaza que nos servirá de tapa.
2.- Extraer y desechar todas las pepitas y los filamentos que hay sueltos.
3.- Llenarla de agua hirviendo y ponerla en una fuente. Con cuidado de que el agua no se derrame porque al calentarse ablandaría la base de la calabaza y podría romperse.
4.- Meterla en horno precalentado a 180º. El tiempo de cocción dependerá del tamaño, ésta ha estado una hora.
5.- Una vez cocida, volcarla con cuidado para que tire toda el agua. Sacar la pulpa con una cucharilla y chafarla reduciéndola a puré.
6.- Cortar todas las verduras en cubitos pequeños, bastante uniformes (tengo un cacharrito sensacional para ello, el “Alligator”, es una fiera y uno de los mejores utensilios de cocina que he podido comprar; por lo menos ya no me sierro las yemas de los dedos y no necesito las gafas de bucear para cortar las cebollas)
7.- En una cazuela, sofreír la cebolla y los ajos. Después añadir la zanahoria, el apio nabo, el apio y el hinojo. Cuando todo ha cogido ya un tono blandito, incorporar el calabacín. Remover un poco, dejarlo 2 minutos y añadirle el caldo vegetal y el puré que hemos hecho con la pulpa de la calabaza. Dejarlo cocer a fuego muy lento durante 20’.
8.- Dejar que pierda un poco de calor y echarlo en la calabaza.
9.- Servir tal cual, como si fuera una sopera.


jueves, 13 de noviembre de 2008

APERITIVO DE LANGOSTINOS Y YUCA


Cuando eres muy exigente, contigo y con los demás, surge, en muchas ocasiones, la frustración. Las metas que te has marcado no puedes asumirlas o lo que te ofrecen los demás no llega al nivel de lo que esperas de ellos. Esa situación se extrapola a mil historias diferentes que nos suceden en la vida de cualquiera de nosotros.

Siempre esperamos. Esperamos de los hijos, de los padres, amigos, parejas, amantes, profesores, escuelas… Y en ocasiones, incluso, no vaya a ser que se nos enfaden, somos capaces de devolverles algo ;)))

Yo, en esta ocasión, sólo esperaba aprender. En septiembre me matriculé en un curso de pastelería con la ilusión de una parvulita. Pero tras un mes de clases, tengo la impresión de ¿haberme equivocado? No lo sé si me equivoqué al elegirlo o simplemente esperaba demasiado por las esperanzas que tenía puestas desde hacía tiempo. El caso es que estoy de alumna en un curso que parece tan solo diseñado para personas desocupadas que no tienen nada que hacer a partir de las tantas de la tarde y que quieren distraerse un rato y llevarse a casa el postre para la comida familiar del domingo (nada que ver con mi perfil). Y me produce una inmensa desazón que, con todos esos medios físicos y materiales de los que disponen, además de tener una profesora muy veterana, todo quede reducido a eso: a clases de entretenimiento.


Para añadir más decepción al tema, somos un número muy elevado de alumnos para una sola profesora. Las tres horas de clases son correr y correr para batir, amasar, cocer, cortar, pelar, hornear… coger al vuelo lo que la profesora está diciendo y no poderlo ni apuntar porque tenemos las manos sucias u ocupadas en ese momento… y así cientos de situaciones por el estilo que no sucederían si el curso estuviese planteado realmente para enseñar. Ya que me matriculan a los alumnos a un curso que se llama “Pastelería” ¿costaría algo no hacer tantas elaboraciones y explicar más el por qué de cada paso que hacemos? ¿Da igual batir mucho un huevo que poco, qué efecto tiene una u otra cosa? ¿Qué diferencia hay entre una harina normal y una harina de fuerza en diferentes preparaciones? ¿Cómo atemperar un chocolate? … Eso, a mi entender, sería aprender de verdad.

Ya conocéis que soy quisquillosa con el uso de ingredientes refinados, azúcares, harinas y también al uso de ciertas grasas, como la mantequilla, si son evitables. Pues bien, acepto que me he matriculado en un curso de pastelería convencional, pero convencional no debería ser sinónimo de arcaica. La utilización del azúcar y de la mantequilla es desmesurada si comparamos con lo que se hace, ya, en la pastelería moderna, en la que se empiezan a suavizar las proporciones y a utilizarse ingredientes más livianos y menos agresivos para la salud. Bien, pues si hago alguna pregunta en clase, pidiendo opinión sobre cómo incorporar otro tipo de ingredientes (aceite de oliva, harina o azúcar integral) para personas que no toleran los habituales la pregunta se considera como fuera de guión y no hay respuesta satisfactoria.


Sé que es un rollete lo que hoy os he soltado, pero es lo que ahora me agobia. He de tomar la decisión de dejar el curso, a pesar de haberlo pagado al contado o de seguir con ello teniendo en cuenta lo que me irrita y lo poco que aprendo.

Voy a hacerme un buen chocolate caliente que seguro me ayudará a tomar la decisión que más me convenga.

Hoy la receta va de aperitivo. La idea de la presentación de los langostinos, sale del libro “De fiesta” de Trish Deseine. Espero que os guste.

Saluditos y besos.


Ingredientes (las proporciones según vaya el apetito):

* langostinos cocidos
* 1 zanahoria
* mayonesa
* yuca
* aceite de oliva sabor suave
* orégano seco en polvo (al gusto)
* sal de hierbas (al gusto)


Elaboración:

1.- Cortar la yuca con una mandolina o con un cortafiambres, muy muy fina, casi transparente.

2.- Freírla en abundante aceite hasta que empiece a dorarse y ponerla sobre papel absorbente para que suelte la grasa.

3.- En un plato, mezclar el orégano y la sal de hierbas y hacer rodar la yuca hasta que se impregne bien de la mezcla.

4.- Pelar los langostinos y la zanahoria y presentarlos como en la foto, acompañados de la mayonesa y la yuca.

Queda delicioso y fácil de hacer.

sábado, 8 de noviembre de 2008

RISOTTO DE BOLETS


Después del atracón de panellets (lo digo por otros, yo sólo he tomado 3 –de chocolate, of course- ) toca mostrar algo más ligerito y bien rico.

Es un risotto de bolets (rovellons, ceps, camagrocs y trompetes de la mort), delicado de sabor y potente a su vez. Las setas es lo que tienen. Dan mucha fuerza a los platos, pero son elegantes, sin estridencias en el sabor, fácilmente combinables con verduras, pasta, arroz, legumbres e incluso platos dulces. Son un trozo de montaña que se viene a nuestra cocina y a nuestros platos llenándonos de aromas que hacen de lo sencillo un gozo. A mí me encantan y cuando pasa la temporada en la que ya no están en los mercados, siempre tengo deshidratas para poder disfrutarlas durante todo el año.

Para hacer un buen risotto hay que hacer un buen caldo de verduras. No vale el de cubito. Las setas son caras y delicadas, se merecen lo mejor. Estropearlas con un caldo de esos que siempre saben igual y dan un carácter amorfo a todos los guisos es un delito culinario que debería estar cast… -me callo-

En este caso hice un caldo siguiendo paso a paso las instrucciones de un libro específico sobre risottos y, confieso, nunca ningún risotto me ha salido tan rico y mira que en casa es un plato habitual y llevo unos cuantos a mis espaldas. He eliminado la mantequilla y la crema. Como grasas están el aceite y el parmesano. Queda muy melosete y más sano.

Bien, pues espero que os guste. En casa siempre repiten. Besos.



Ingredientes para 3 raciones abundantes:

Para el caldo de verduras:

* 3 champiñones
* 4 zanahorias
* 1 cebolla blanca
* 1 pequeño bulbo de hinojo
* 2 pequeños puerros
* 1 bouquet garnier (un atadillo con laurel, tomillo, perejil)
* 1 bolsita de algodón o de gasa con un clavo de olor, unos granos de pimienta blanca y una cucharadita de sal gorda)
* 2 litros de agua mineral
* aceite de oliva

Para el risotto:

* Setas al gusto. Yo he utilizado un puñado de setas variadas: níscalos, hongo negro, rebozuelos y trompetas de la muerte.
* 1 puerro (con su parte verde-amarilla)
* 2 dientes de ajo sin el germen
* 180 grs. de arroz arborio (también serviría un carnaroli o vialone)
* 1,5 litros de caldo vegetal
* 3 cucharadas de aceite de oliva
* 40 grs. de un buen parmesano recién rallado
* sal marina fina
* 8 cl. de vino blanco seco

Elaboración:

Del caldo:

1.- Limpiar todas las verduras y trocearlas.
2.- Preparar el atadillo de las hierbas y la bolsita con las especias.
3.- Cortar en dos la cebolla y ponerla en seco con la parte cortada hacia abajo, en un sartén, mantenerla durante unos 5 minutos así, a fuego vivo, hasta que coja un color como de quemado.
4.- Incorporar todos los ingredientes a los 2 litros de agua y dejarlos hervir durante 20’ a fuego suave y con la olla tapada.
5.- Filtrar el caldo y reservarlo en caliente. Resulta muy aromático.

Del risotto:

1.- Limpiar las setas con un paño húmedo en agua fría o frotándolas con un cepillo de forma delicada para evitar que se rompan. Asegurarse de que no les queda tierra o arena.

2.- Trocear muy pequeños el puerro y el ajo y rehogarlos en la cazuela con el aceite, sin que cojan color.


3.- Poner fuego medio y echar el arroz. A esa temperatura los granos sacan mejor el almidón. Salar ligeramente y remover para que se empapen bien del aceite y hasta que lleguen a tomar un tono translucido. Más o menos unos 2-3 minutos.

4.- Mojar el arroz con el vino blanco y removiendo dejar que se reduzca y quede casi seco.

5.- Echar el primer cucharón de caldo, que habréis mantenido caliente, y, sin parar de remover dejar que lo absorba casi todo.

6.- Añadir las setas laminadas o enteras, si son pequeñas, y dejar que la mezcla absorba todo el caldo. Seguir añadiendo cucharón a cucharón, sin dejar de remover. Aprox 15’

7.- Dicen que la prueba para saber si el arroz está hecho es partir un grano en dos y comprobar si tiene un pequeño filamento blanco. Aunque creo que lo más sencillo es probarlo y si gusta, se acabó la cocción ;)

8.- Retirarlo del fuego y añadirle 1 cucharada de aceite y el queso parmesano, remover bien y emplatar. Que no pierda mucha temperatura.

9.- En este caso he acompañado el risotto, porque era plato único, con unos rovellons a la plancha.


¡Qué aproveche!

lunes, 3 de noviembre de 2008

PANELLETS


-Había un error en el post que ya he subsanado, la corrección está en color blanco-

Lo único que me gusta de un día festivo como el de todos santos es que cuenta con un dulce típico, “el panellet”. Además, es un dulce muy dulce, excesivamente si se compran hechos.



Este año, al haber dos días seguidos de fiesta, me he animado a hacerlos con mucha tranquilidad y disfrutando. Quería probar qué tal quedarían con el azúcar integral panela que gasto habitualmente para otras preparaciones. He reducido la dosis a la mitad de lo que indican las recetas tradicionales y si os animáis a hacerlos veréis como resulta suficiente. Quedan moderadamente dulces lo que permite saborear más la almendra, con ese puntito de sabor amargo que tiene y que la hace tan atractiva como ingrediente de pastelería.




El tema luz para hacer fotos ha estado muy chungo. Ayer diluvió todo el día y el cielo de un gris plomizo no permitía muchas alegrías a la cámara, o sea que están hechas en interior y con flash, sinónimo de hechas a disgusto y con un tono amarillento que espanta.


Espero que os gusten. Un beso.


Ingredientes:

Masa base:

* 600 grs. de almendra molida
* 200 grs. de clara de huevo
* 250 grs. de azúcar integral (he utilizado panela)


Para elaborar las diferentes clases:

* 250 grs. de piñones del país
* 200 grs. de almendra en granillo
* ralladura de 2 limones no tratados
* 2 cucharadas rasas de canela en polvo
* 4 cucharadas rasas de coco rallado
* 2 cucharadas rasas de cacao en polvo (he utilizado del dietético de la marca Valor)
* 2 cucharadas de maicena
* 1 clara de huevo poco batida
* 1 yema de huevo poco batida con 1 cucharadita de agua


Elaboración:

1.- Pasar por el molinillo el azúcar para conseguir un granillo pequeño. El azúcar integral, tal cual, suele ser más grande que el refinado y en este caso no interesa.

2.- Mezclar la almendra molida y el azúcar e ir echándole poco a poco, a medida que la masa la vaya absorbiendo, la clara de huevo. Es preferible hacerlo con las manos, porque su calor ayudar a integrar mejor el azúcar en la masa. Dejarla en la nevera 24 horas, tapada en papel film.

3.- Separar la masa en tantas porciones como sabores queráis.


4.- Para los de piñones y almendra en granillo hacer rulos como si fueran longanizas e ir cortando cachitos, todos del mismo peso, así conseguiremos unos panellets de igual tamaño. Los que he hecho pesan 15 grs. cada uno. Pasar las manos por la maicena, hacer bolitas o rectángulos, bañarlos en la clara de huevo, escurrirlos y hacerlos rodar en el plato donde tengáis los piñones o las almendras, ayudando con las manos para que se vayan pegando.



5.- Para los de otros ingredientes, mezclar cada uno con la masa que le habéis reservado y hacer las formas que más os gusten. Suelen haber unos patrones, pero no son normas fijas, cada uno a su aire, por lo menos eso he hecho yo.

6.- Disponerlos en una bandeja de horno. Con un pincel de silicona (es más dúctil), untar con la yema de huevo batida los panellets de piñones y almendras. El resto no es necesario. Meterlos a horno fuerte, a 200 ºC, durante 3-5 minutos. Después de ese tiempo, sólo poner el gratinador hasta que veáis que cogen color (uno 6-7 minutos aprox.) dependerá del horno.